viernes, 24 de mayo de 2019

TERAPIA PSICOSOCIAL

TERAPIA DE FAMILIA

Cuando pensamos en alguien haciendo terapia, solemos imaginar una sesión individual en que una persona interactúa con el psicólogo. Puede que también concibamos la posibilidad de una sesión en grupo, con personas diferentes con un mismo tipo de problema.

Pero existe también un tipo de terapia que se aplica sobre un grupo familiar, la llamada terapia familiar, en el que se tratan aspectos conflictivos entre miembros de una misma familia. En este artículo os indicamos qué es y para qué se utiliza.

¿Qué este tipo de intervención psicológica?
Se entiende por terapia familiar aquella modalidad de terapia centrada en la familia como objeto de intervención. El objetivo es fortalecer y dotar de recursos a la familia para que puedan actuar de manera colaborativa gracias a ello dirimir disputas y conflictos que puedan tener entre ellos o bien problemas propios de un único individuo.

La familia es entendida como elemento base en el desarrollo del ser humano, al representarse el elemento fundamental que permite que el infante adquiera un modelo respecto a cómo ver, actuar, relacionarse y comunicarse con el mundo. Se trata un elemento imprescindible a la hora de aprender aspectos emocionales y relacionales, con gran influencia en el desarrollo.

Es por ello que en este tipo de tratamiento se intenta involucrar a dos o más miembros de una misma familia de cara a observar y, en caso necesario, modificar, los patrones de interacción entre los miembros de la familia.

Se concibe que el problema interno de un individuo va antecedido por la presencia de conflictos interpersonales, los cuales al interiorizarse pueden provocar síntomas. Lo patológico se vincula a la no aceptación de nuevos roles en uno de los individuos, estando los roles y la comunicación en la base de la existencia de numerosas problemáticas mentales y sociales.

La terapia familiar y la perspectiva sistémica
Una de las principales corrientes y la que está más vinculada a este tipo de terapia es la corriente sistémica. Desde esta perspectiva se concibe a la familia como un sistema, conjunto de elementos cuya suma genera un resultado mayor a la simple adición de cada uno de ellos, naciendo de su interacción nuevos elementos, propiedades y características.

Para la perspectiva sistémica el comportamiento y estado de uno de los componentes de la familia no puede entenderse separadamente del sistema, influyendo el sistema en cada individuo y viceversa. La familia sería un sistema abierto, receptor de información proveniente del medio, viéndose afectada por el entorno y intercambiando información con él de cara a poder adaptarse y subsistir. Cada uno de los miembros se ve, pues, afectado por el medio.

Artículo relacionado: "Terapia sistémica: ¿qué es y en qué principios se basa?"
Cambiar las dinámicas de comportamiento
Desde el modelo sistémico no se pretende modificar directamente la conducta problemática, sino a cambiar las dinámicas familiares y el patrón de que la provocan, facilitan o le dan utilidad o sentido. Se busca un camino más indirecto para llegar un mismo fin, a la vez que se provoca una mejora y potenciación de las dinámicas familiares positivas y de las fortalezas tanto del sistema como de cada uno de sus componentes.

Algunos de los aspectos claves de la terapia familiar sistémica son los procesos de comunicación (en el que se trabajan estilos comunicativos incongruentes a nivel analógico o digital, la afectividad y emoción expresadas o la presencia de rigidez), la asignación de roles y la necesidad de cambio de éstos, la estructura clara o difusa de la familia y los límites entre las personas que pueden permitir o cohibir el proceso de creación de una identidad propia y autónoma, la negociación en los conflictos o el establecimiento de relaciones de poder entre los miembros de la familia.

Existen multitud de escuelas y técnicas incluso dentro de una misma perspectiva. La escuela de Milán, la escuela estructuralista de Minuchin o la escuela de Palo Alto son ejemplos de diferentes perspectivas dentro de la corriente sistémica. En cuanto a técnicas concretas, se emplea la prescripción de tareas, la desequilibración (aliarse temporalmente con uno de los componentes del sistema para cambiar los límites familiares), la dramatización, la redefinición de los síntomas de un modo positivo, la intención paradójica o la instigación.

Las propiedades del sistema de la familia
Dentro del sistema se dan diferentes propiedades:

1. Causalidad circular
El comportamiento de un miembro del sistema está influido por el de los demás, así como el propio influye al resto del sistema. Si uno grita el resto tendrá una reacción, a la vez que la reacción generará una respuesta en el primero.

2. Totalidad
El sistema genera respuestas propias debido a la interacción, siendo más que la mera suma de sus partes.

3. Equifinalidad
Diferentes personas pueden llegar al mismo punto a través de diferentes caminos. De este modo dos personas pueden llegar a despertar ansiedad (por ejemplo) a partir de diferentes estimulaciones.

4. Equicausalidad
Lo contrario que la equifinalidad. Un mismo punto de partida puede llevar a diferentes conclusiones. Así, un suceso será vivido de forma diferente por diferentes personas.

5. Homeostasis

El sistema tiende a intentar encontrar un estado de equilibrio. Esto provoca que sean necesarios cambios profundos con el fin de que se mantengan en el tiempo, o de lo contrario podria volverse al estado original. Por otro lado, si se logra un cambio consistente que se integre en el sistema este puede ser mantenido en el tiempo.

Resultado de imagen para terapia de familia

No hay comentarios:

Publicar un comentario

SÍNDROME DE MUNCHAUSEN POR PODERES Es una enfermedad mental y una forma de maltrato infantil. El cuidador del niño, con frecuencia la m...